viernes, 22 de julio de 2011

BEATO JUAN PABLO II

"Nosotros, acogiendo el deseo de nuestro hermano Agostino Cardenal Vallini, nuestro vicario general para la diócesis de Roma, de muchos otros hermanos en el Episcopado y de muchos fieles, después de haber recibido el parecer de la congregación de la causa de los Santos, con nuestra autoridad apostólica, concedemos que el venerable siervo de Dios, Juan Pablo II, Papa, de ahora en adelante sea llamado beato y que se pueda celebrar su fiesta en los lugares y según las reglas establecidas por el derecho, todos los años el 22 de octubre". Con estas palabras pronunciados en latín Benedicto ha elevado a los altares a su inmediato antecesor.
En la homilía que ha pronunciado durante la misa en la plaza de San Pedro, Benedicto XVI ha comenzado recordando como hace 6 años aquí mismos se celebraron los funerales de Juan Pablo II, "ya en aquel día percibimos el perfume de su Santidad, y el pueblo de Dios manifestó de muchas maneras su veneración hacia él. Por eso, he querido que, respetando debidamente la normativa de la Iglesia, la causa de su beatificación procediera con razonable rapidez. Y he aquí que el día esperado ha llegado; ha llegado pronto, porque ha sido lo que ha querido el Señor: Juan Pablo II es beato".
La causa de Juan Pablo ha sido declarado beato exactamente seis años y 29 días después de su muerte. Se trata de la beatificación más rápida de entre todos los tiempos de la historia moderna y habría que remontarse al menos 500 años para encontrar una beatificación que la supere.
De hecho, para Benedicto XVI derogó para Juan Pablo II la norma que obliga a esperar 5 años de la muerte de una persona para abrir su proceso de beatificación.
Benedicto XVI aseguró que Juan Pablo II "es beato por su fe, fuerte y generosa, apostólica". Además, subrayó: "hoy resplandece ante nuestros ojos frente a a luz espiritual de Cristo resucitado, la figura amada y venerada de Juan Pablo II. Hoy su nombre se añade a la multitud de Santos y beatos que él proclamó durante sus casi 27 años de Pontificado".
Ratzinger destacó que con su testimonio de "fe, amor y de valor apóstolico, acompañado de una gran humanidad" Juan Pablo II ayudó a los cristianos de todo el mundo a no tener miedo de llamarse cristianos. "En una palabra: de hecho ayudó a no tener miedo de la verdad".
Benedicto XVI recordó asimismo el importante papel que Karol Wojtyla jugó en la caída del comunismo. "Karol Wojtyla subió al trono de Pedro llevando consigo la profunda reflexión entre el marxismo y el cristianismo, centrada en el hombre. Su mensajes fue éste: el hombre es el camino de la Iglesia y Cristo es el camino del hombre".
Pero sobretodo, Benedicto XVI subrayó que fue Juan Pablo II quien reivindicó para el cristianismo el aspecto de esperanza del marxismo. "Aquella carga de esperanza que en cierta manera se le dio al marxismo y a la ideología del progreso, él la revindicó legítimamente para el cristianismo, restituyéndole la fisonomía auténtica de la esperanza".
El papa concluyó su homilía dando gracias a Dios por haber podido colaborar durante mucho tiempo con el beato Papa Juan Pablo II "cuando me llamó a Roma como Prefecto de la congregación para la doctrina de la fe, durante 23 años pude estar cerca de él y venerar cada vez más su persona. Su profundidad espiritual y la riqueza de sus intenciones sostenían mis servicios. El Señor le fue despojando lentamente de todo, sin embargo, él permanecía siempre como una 'roca', como Cristo quería".

ADAN Y EVA

Su historia se narra en el libro del Génesis, desde el versículo 26 del capítulo 1 hasta el versículo 2 del capítulo 5 (Génesis 1:27–5:2), la primera parte, hasta el versículo 5 del capítulo 5 (Génesis 1:26-5:5), trata de Adán y cuenta como este fue creado del polvo mediante la alfarería a imagen y semejanza del creador, dándole vida Dios mediante un soplo; el cual le provee al Espíritu Santo, que pasa a morar en él.
Dios puso a Adán y Eva en el Jardín del Edén (Génesis 2:15), el paraíso, y para probar su fidelidad y obediencia les dio el mandato de comer de todos los árboles del huerto, excepto uno, llamado árbol de la ciencia del bien y del mal (mas no les prohibió comer del árbol de la vida) indicándole a Adán y Eva que si comían los frutos de él, iban a morir (Génesis 2:16-17). La serpiente "(Satanás)" se aprovechó de esta única regla, y así tentó y engañó a Eva; la cual comió del fruto prohibido. Eva viendo que era "bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y realmente un árbol codiciable para alcanzar la sabiduría", le dio también a comer a su marido (Génesis 3:6). Dios dijo: "El ser humano ha llegado a ser como uno de nosotros, pues tiene conocimiento del bien y del mal. No vaya a ser que extienda su mano y también tome del fruto del árbol de la vida, lo coma y viva para siempre." (Génesis 3:22). Esta falta de obediencia les acarreó la expulsión del Paraíso (Génesis 3:24). Expulsión en la que Dios les castigó con la muerte, el dolor, la vergüenza y el trabajo "Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás" (Génesis 3:19) o "parirás a tus hijos con dolor" (Génesis 3:16). Estos hechos son conocidos como el Pecado original.
El relato bíblico continúa narrando la vida de Adán y Eva fuera del jardín de Edén. Cuenta que ellos tuvieron hijos (Caín, Abel y Set son mencionados, ver también Génesis 5:4, donde se menciona que engendró más hijos e hijas), y que Adán murió a la edad de 930 años.
En la Alta Edad Media se representó profusamente la escena de la extracción de la costilla o incluso a Eva saliendo del costado de Adán. Pero el significado de la creación de Eva a partir de la costilla de Adán es que Eva, siendo la primera mujer, debe estar siempre al lado del primer hombre.

CIUDAD DEL VATICANO

El Vaticano —oficialmente Estado de la Ciudad del Vaticano (en latín, Status Civitatis Vaticanæ; pronunciado [ˈsta(ː)tus tʃiviˈta(ː)tis vatiˈka(ː)ne],[1] y en italiano, Stato della Città del Vaticano; pronunciado [ˈsta(ː)to delːa tʃiˈtːa del vatiˈka(ː)no])– es una ciudad-estado cuyo territorio consta de un enclave dentro de la ciudad de Roma, en la península Itálica. Es uno de los seis microestados europeos y tiene una extensión de 0,439 km² (44 hectáreas) y una población de aproximadamente 900 habitantes,[2] por lo que resulta un híbrido de ciudad elevada al rango de Estado independiente, siendo además el país más pequeño del mundo, y el único que tiene por lengua oficial el latín. Es tan pequeño que sólo la Basílica de San Pedro es un 7% de su superficie; la basílica y la Plaza de San Pedro ocupan un 20% del territorio, lo que lo convierte en el territorio independiente más urbanizado del mundo. La Ciudad del Vaticano comenzó su existencia en 1929 tras la firma de los Pactos de Letrán celebrados entre la Santa Sede y el entonces Reino de Italia, que en 1870 había conquistado los Estados Pontificios.

La Ciudad del Vaticano alberga la Santa Sede, máxima institución de la Iglesia católica. Aunque los dos nombres «Ciudad del Vaticano» y «Santa Sede» se utilizan a menudo como si fueran equivalentes, el primero se refiere a la Ciudad y a su territorio, mientras que el segundo se refiere a la institución que dirige la Iglesia y que tiene personalidad jurídica propia (como sujeto de Derecho internacional). En rigor, es la Santa Sede, y no el Estado del Vaticano, la que mantiene relaciones diplomáticas con los demás países del mundo. Por otro lado, el Vaticano es quien da el soporte temporal y soberano (sustrato territorial) para la actividad de la Santa Sede. La máxima autoridad del Vaticano y Jefe de Estado del mismo es el Sumo Pontífice, por lo que puede considerarse la única teocracia de Europa, aún cuando el Papa delega las funciones de gobierno en el Secretario de Estado.

viernes, 1 de julio de 2011

LOS PRINCIPALES MÁRTIRES

El primer martir de la iglesia fue San Esteban (uno de los apóstoles), quien murió apredeado. Luego casi todos los discipulos de Jesús defendiendo la Fe.
Ejemplos de la muerte de los primeros Discípulos y Apóstoles de Jesús

ESTEBAN: Murió apedreado. Fue uno de los primeros 7 diáconos de la iglesia en Jerusalén. Su muerte produjo una persecución en la que murieron alrededor de 2,000 cristianos.

JACOBO EL MAYOR (HIJO DE ZEBEDEO): Jacobo el Mayor (hijo de Zebedeo): Murió decapitado por una espada AD 44. El primero de los apóstoles en morir.

FELIPE: Fue azotado, encarcelado y luego crucificado AD 54. Obrero diligente en Asia del Norte.

MATEO: Murió atravesado por una lanza en la ciudad de Nadaba AD 60. Apóstol de Jesús, escribió el evangelio que lleva su nombre.

SANTIAGO: A la edad de 94 años fue golpeado y apedreado por los judíos, finalmente le reventaron el cerebro con un palo. Fue supervisor de las iglesias en Jerusalén y escribió la epístola de Santiago.

MATÍAS: Fue apedreado en Jerusalén y luego decapitado. El que lleno la vacante de Judas.

ANDRÉS: Murió crucificado en una cruz atravesada en tierra en una ciudad llamada Edesa. Hermano de Pedro, predico en muchos países asiáticos.

MARCOS: Fue arrastrado y hecho pedazos por el pueblo de Alejandría, pueblo idolatra. Escribió el libro de Marcos en griego bajo la supervisión de Pedro.

PEDRO: Murió crucificado boca abajo en Roma a manos de Nerón. Apóstol de Cristo para los judíos.

PABLO: Murió decapitado por espada a manos de soldados romanos.

JUDAS: Murió crucificado en Edesa AD 72. Hermano de Jesús. Llamado Tadeo.

BARTOLOMÉ: Fue cruelmente golpeado y luego crucificado por idolatras. Tradujo el evangelio de Mateo a la lengua india y predico en ese país.

TOMAS: Fue muerte a punta de lanza. Predico en India y Parcia donde fue muerto por sacerdotes paganos enfuriados con su mensaje.

LUCAS: Fue colgado de un árbol de olivo donde murió ahorcado a manos de los idolatras en Grecia. Evangelista compañero de Pablo, autor del evangelio de San Lucas.

SIMÓN: Crucificado en Inglaterra AD 74. Predico Mauritania, África e Inglaterra.

JUAN: Fue martirizado al ser echado a una caja de aceite hirviendo de donde se dice escapo milagrosamente y sin daño alguno. Fue desterrado a la isla de Patmos por Dominicio. Nerva sucesor de Dominicio lo libro y fue el único de los apóstoles que escapo muerte violenta. Fundo las iglesias de Esmirna, Pérgamo, Sardis, Filadelfia, Laodicea y Tiatira.

BERNABÉ: Fue muerto en AD 73.



MUCHOS EN EL COLISEO ROMANO: Fueron muertos por los leones, otros fueron quemados en las hogueras y lo hacían alabando el nombre de Dios y cantando alabanzas.

viernes, 24 de junio de 2011

CONCILIOS EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA


La Iglesia ha tenido 21 Concilios Ecuménicos,
 sin contar el de los Apóstoles en Jerusalén.
 Concilio de Nicea (año 325).. Convocado por la autoridad del Papa San Silvestre y bajo la ejecutoria del mismo emperador Constantino. Este Concilio condenó la herejía de Arrio que negaba la divinidad de Jesucristo y su consustancialidad con el Padre. Ver: Homoousion. Formuló el "símbolo niceno" o Credo. 
««Creemos en un solo Dios Padre omnipotente... y en un solo Señor Jesucristo Hijo de Dios, nacido unigénito del Padre, es decir, de la sustancia del Padre, Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no hecho, consustancial al Padre...»» (Denzinger - Dz 54).
Concilio Primero de Constantinopla (año 381). En tiempo del Papa San Dámaso, se ocupó de las herejías de los mecedonianos, eunomianos o anomeos. Se perfeccionó el símbolo niceno, que por esto lo llamamos el credo "niceno-constantinopolitano".
Concilio de Éfeso (año 431). Convocado por el Papa San Celestino I y presidido por el Patriarca Cirilo de Alejandría, ese Concilio condenó la herejía cristológica y mariológica de Nestorio y proclamó la maternidad divina de María, La Theotokos. El símbolo de Efeso precisa que las dos naturalezas, humana y divina de Cristo, están unidas sin confusión y por lo tanto María es verdaderamente “Madre de Dios”.
 Concilio de Calcedonia (año 451). Bajo la autoridad del Papa San León I el Magno, este Concilio trató de las herejías de quienes negaban a Jesucristo las naturaleza divina o la humana o las confundían. Ver: Nestorianismo



Concilio Segundo de Constantinopla (año 553). Convocado por la autoridad del Papa Virgilio, condenó la herejía de los "tres capítulos", confirmando la doctrina de los concilios anteriores sobre la Trinidad, la divinidad de Jesucristo y maternidad divina de María. Condenó el Monofisismo
Concilio Tercero de Constantinopla (del año 680-681). Con el Papa San Agatón, condenó solemnemente la herejía de quienes admitían en Cristo una sola voluntad (monotelitas).
Concilio Segundo de Nicea (año 787) Este Concilio, convocado por la autoridad del Papa Adriano I, afrontó la doctrina de los iconoclastas y definió la legitimidad del culto a las imágenes sagradas.
 Concilio Cuarto de Constantinopla. Convocado por el Papa Adriano II en el año 869 duró hasta el siguiente y tuvo como principal tema la condenación del patriarca Focio, autor del cisma oriental.
Concilio Primero de Letrán (del año 1123-1124). Convocado por el Papa Calixto II, fue muy accidentado por lo que duró hasta el siguiente año. Celebrado en el tiempo de la lucha de las investiduras, se ocupó de ellas, lo mismo que de la simonía, el celibato y el incesto.
Convocado por el Papa Calixto II, fue muy accidentado por lo que duró hasta el siguiente año. Celebrado en el tiempo de la lucha de las investiduras, se ocupó de ellas, lo mismo que de la simonía, el celibato y el incesto.
 Concilio Segundo de Letrán (año 1139). Este Concilio convocado por le Papa Inocencio II, afrontó el delicado asunto de los falsos pontífices, de la simonía, la usura, las falsas penitencias y los falsos sacramentos.
Concilio Tercero de Letrán (año 1179). . Bajo el Sumo Pontífice Alejandro III, se ocupó nuevamente de condenar la simonía.
 Concilio Cuarto de Letrán (año 1215). Bajo la autoridad del Papa Inocencio III, este Concilio condenó las herejías de los Albingenses, del Abad Joaquín de Fiori, los Valdenses,etc.
 Concilio Primero de Lyon (año 1245). Este Concilio en realidad no abordó asuntos dogmáticos, sino problemas morales y disciplinares de la Iglesia.
Concilio Segundo de Lyon (año 1274) Convocado por el Papa Gregorio X, trató de unificar la Iglesia griega, separada de Roma desde el cisma oriental.
 Concilio de Viena (1311-1312). Este Concilio, convocado por Clemente V, se ocupó de los errores de los beguardos y beguins, de Pedro Juan Olivi. Abolió la orden de los Templarios.
 Concilio de Costanza (año 1417). Fue convocado por el Papa Martín V, sólo se clausuró cuatro años después. Condenó los errores de Wicleff, Juan Hus, etc. Se ocupó también de los asuntos provocados por el cisma de Occidente.
Concilio de Florencia (1431). Convocado por Eugenio IV, duró hasta 1445. Logró la unión de los armenos y jacobitas con la Iglesia de Roma.
 Concilio Quinto de Letrán (año 1512). Convocado por León X, tuvo como tema central la reforma de la Iglesia.
 Concilio de Trento (año 1545-1563). Este Concilio fue inicialmente convocado por Pablo III para tratar el problema de la escisión de la Iglesia por la reforma protestante. Se ocupó de innumerables temas doctrinales, morales, disciplinares, de acuerdo con la problemática presentada por el protestantismo. El Decreto sobre la justificación, el de los Sacramentos, el de la Eucaristía, el Canon de la Sagradas Escrituras, etc., son entre otros, los más sobresalientes, amén de infinidad de disposiciones disciplinares.
 Concilio Vaticano Primero .Convocado por el Papa Pío IX en 1869, sesionó hasta Septiembre de 1870, cuando hubo de interrumpirse por la toma de Roma por las tropas de Garibaldi, el 20 de Septiembre. Este Concilio afrontó los temas fundamentales de la fe y constitución de la Iglesia. Como definiciones más famosas, se encuentran la potestad del Romano Pontífice y su infalibilidad cuando habla "ex cathedra".
 Concilio Vaticano II (1962-1965). Convocado por Juan XXIII, quien lo anunció desde Enero de 1959, tuvo cuatro sesiones, la primera de las cuales presidió, en el otoño de 1962, el mismo Juan XXIII, quien falleció el 3 de Junio de 1963. Las otras tres etapas fueron convocadas y presididas por su sucesor, el Pontífice Pablo VI.